viernes, 16 de mayo de 2008

Comunicado de Comunión y Liberación sobre el atentado de ETA

publicado en Ecclesia Digital





El atentado de ETA de este miércoles, con el que la banda terrorista quería provocar una masacre,
ha dejado una nueva víctima mortal, el guardia civil Juan Manuel Piñuel Villalón.

La radical injusticia que supone la utilización del asesinato y de la violencia para tratar de imponer postulados ideológicos nos concierne a todos. El mal y la mentira que están en el origen del terrorismo requieren la respuesta de los instrumentos del Estado de Derecho. Pero también hacen evidente que la construcción de una convivencia pacífica no se puede delegar en mecanismos supuestamente automáticos. "Incluso las mejores estructuras funcionan únicamente cuando en una comunidad existen una convicciones vivas capaces de motivar a los hombres para una adhesión libre al ordenamiento comunitario", nos ha recordado Benedicto XVI en la Spe Salvi. Frente al terror es necesaria una afirmación de la dignidad de la persona que sea racionalmente inequívoca e históricamente incisiva. Esa respuesta exige sacrificio y una educación a la altura del bien que se persigue.

No está en nuestras manos reparar la injusticia que han sufrido la nueva víctima de ETA, su familia y la sociedad española. Pero no es humano acallar la exigencia de justicia que el atentado provoca. Las palabras del Papa en su última encíclica vuelven a ser pertinentes ante una paradoja que parece irresoluble. "Estoy convencido –asegura- de que la cuestión de la justicia es el argumento esencial o, en todo caso, el argumento más fuerte a favor de la fe en la vida eterna". Una vida eterna que ya ha comenzado en el tiempo, allí donde hay testigos de un amor más fuerte que la muerte.

Oficina de Prensa

Comunión y Liberación

15 de mayo 2008




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